En esta villa del norte del estado de Veracruz tenemos el privilegio de dar a sus moradores la prodigiosa exuberancia del trópico: campos de tierra fértiles que lo convierten en extraordinario vergel de abundantes y exóticos frutos.
Tihuatlan parece enmudecer con los vestigios de la cultura Huaxteca, que prolonga su misteriosa presencia a través de los siglos. Lugar de mágico encanto que atesora celosamente sus costumbres y tradiciones para celebrarlos en su día con dignidad y orgullo.
En base a este episodio bíblico, el 7 de diciembre de cada año, a las siete de la tarde, con una exactitud asombrosa, miles y miles de velas se encienden en las banquetas, calles, bardas, viviendas, comercios y azoteas para alumbrar el camino del Niño Dios, de acuerdo a la creencia de muchos tihuatecos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario