"En la actualidad la música que se genera mediante el constante girar de la manivela de un organillo es un oficio poco redituable que acaba, lentamente, por el hecho de que quienes se dedican a esta actividad tienen que pagar renta de la caja y los ingresos son pocos.
‘Ernesto’ se hizo llamar un organillero que en el parque Benito Juárez de Tihuatlán deleitaba con diversas melodías antiguas, resaltando el esfuerzo que realiza junto con una compañera, mismos que viajan a diversos lugares, provenientes de la ciudad de México.
Destacó que el propietario de varias cajas u organillos como, normalmente, se les conoce, cobra por día entre 200 y 300 pesos por utilizarlo, en donde en años pasados era un atractivo que redituaba buenos ingresos.
Al paso del tiempo todo se acaba, como es el caso del oficio de organillero, quienes para viajar desde la ciudad de México a municipios como Tihuatlán registran muchos gastos tanto de traslado, comida y renta de cuartos módicos para permanecer una semana.
Finalmente, comentaron que son pocas las personas que honran este oficio y al mismo tiempo donan una moneda, lo que permite a los pocos organilleros esforzarse para que esta tradición musical sobreviva"
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