"Un amontonamiento de piedras es la recepción para todo aquel automovilista que ose tomar la supercarretera México – Tuxpan, en su tramo recién inaugurado Villa Ávila Camacho – Tihuatlán, y de segunda intención, una barrera de precios elevados por tener el derecho de transitar por esta vía.
Algunos de los transportistas que se animan a transitar de primera vez por esta supercarretera, se ven obligados a darse la vuelta en «U», cuando se dan cuenta de las altas tarifas que se están cobrando en la caseta temporal de Miahuapan.
Metros antes, los obreros continúan trabajando contra reloj a fin de contar cuanto antes de las instalaciones definitivas, mismas que contarán con cuatro casetas para el cobro del peaje.
Mientras tanto, la carretera federal 130 México – Tuxpan continúa con la carga vehicular habitual, formándose extensas filas de automotores al ingresar a la zona conurbada de Tihuatlán, desalentados de transitar por la nueva vía de comunicación, que se suponía sería un detonanste de desarrollo y favorecería el flujo de capitales.
Para Antonio Herrera, subdelegado regional de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), resulta excesivo el costo de peaje en el tramo La Ceiba – Tihuatlán, si se toma en cuenta el tiempo de espera para poder contar con esta vía de comunicación.
Los empresarios locales suponían tarifas más accesibles, que pudieran incrementarse conforme se diera un mayor movimiento de unidades, principalmente entre el Valle de México y el puerto de Tuxpan.
Lamenta que se ponga este freno el desarrollo comercial de la zona norte del estado con tarifas tan altas que impiden la competitividad, máxime cuando se trata de una autopista que aún no se encuentra terminada.
Los 3 mil 880 millones de pesos invertidos en los 48 kilómetros entre La Ceiba y Tihuatlán, se ven recompensadas con altas tarifas. Además, los ramales que comunican
la autopista con los municipios de la sierra norte de Puebla continúan cerrados a la circulación."
Algunos de los transportistas que se animan a transitar de primera vez por esta supercarretera, se ven obligados a darse la vuelta en «U», cuando se dan cuenta de las altas tarifas que se están cobrando en la caseta temporal de Miahuapan.
Metros antes, los obreros continúan trabajando contra reloj a fin de contar cuanto antes de las instalaciones definitivas, mismas que contarán con cuatro casetas para el cobro del peaje.
Mientras tanto, la carretera federal 130 México – Tuxpan continúa con la carga vehicular habitual, formándose extensas filas de automotores al ingresar a la zona conurbada de Tihuatlán, desalentados de transitar por la nueva vía de comunicación, que se suponía sería un detonanste de desarrollo y favorecería el flujo de capitales.
Para Antonio Herrera, subdelegado regional de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), resulta excesivo el costo de peaje en el tramo La Ceiba – Tihuatlán, si se toma en cuenta el tiempo de espera para poder contar con esta vía de comunicación.
Los empresarios locales suponían tarifas más accesibles, que pudieran incrementarse conforme se diera un mayor movimiento de unidades, principalmente entre el Valle de México y el puerto de Tuxpan.
Lamenta que se ponga este freno el desarrollo comercial de la zona norte del estado con tarifas tan altas que impiden la competitividad, máxime cuando se trata de una autopista que aún no se encuentra terminada.
Los 3 mil 880 millones de pesos invertidos en los 48 kilómetros entre La Ceiba y Tihuatlán, se ven recompensadas con altas tarifas. Además, los ramales que comunican
la autopista con los municipios de la sierra norte de Puebla continúan cerrados a la circulación."
Fuente: Noreste
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